Friday, May 18, 2007

Hoy mi madre ha traído unas rosas a casa,

No son de esas rosas de un color sólido, sino de esas que tienen bordes de un color diferente. Hace tanto tiempo que no tenía una rosa en mis manos, que había olvidado su suave textura y la delicadeza del alma de las flores.

Debo confesarlo, las rosas son mi debilidad, como los libros y el olor de un buen vino. Los vinos son como los libros, todo buen vino debe contar una buena historia, y como los libros debe ser saboreado de manera lenta y delicada. A su vez, los libros son como las rosas, cada hoja es un pétalo, y los caminos que forman las letras, son las venas vegetales que hay en él.

Una de las canciones que me fascina por el misticismo que infunde, quizás sea el ritmo o simplemente el conjunto de los instrumentos y las voces conjugados lo que le da un toque de irrealidad y magia, es: “Ask the mountains” de Enya que justamente escucho en este momento. Es la media noche y treinta minutos, y casi siento que mi mente se va a otros lugares que están fuera del alcance de la comprensión de mi consciente.

Me encantan las rosas, amo las rosas desde muy pequeño, las rosas silvestres y las rosas cultivadas con diseño. Hace tiempo guardé unas botellas de vino, de vidrio verde, me gustan este tipo de botellas, desde pequeño gustaba de imaginar que los fragmentos de estas botellas eran esmeraldas que podía guardar para mí. Me pasaba la mañana entera colocando los fragmentos entre mis ojos y el sol. La luz verde causaba en mí, un sentimiento de alejamiento del plano terrenal y habría una puerta a mi mente al mundo de la fantasía lejana.

Creía que si alguien pudiese fundir todas las botellas del mundo juntas, ese alguien hubiese podido hacer una esmeralda gigante para mí.

Lo mismo me pasa con las botellas azules, la luz verde y la luz azul tienen un efecto gratificante en mi conciencia y en mis sentimientos. Siento algo semejante a un escalofrío en mi cerebelo cuando mis ojos son inundados por los destellos y las ondas de la luz verde o azul. Es una experiencia que no se como describir.

Pues bien, he puesto las rosas en las dos botellas verdes, las cuales he usado a manera de floreros, no me importa que alguien piense que mi forma de proceder es tonta, o que piensen que es algo descabellado hacer lo que hice. Es solo que mi alma necesitaba hacerlo.

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